Yin Yoga

Yin yoga es tiempo para mirar hacia dentro.

En yin yoga se busca trabajar los tejidos que se encuentran a un nivel más profundo, en ligamentos, articulaciones y huesos. Los tejidos yin, se trabajan sin movimientos y a lo largo del tiempo. De forma suave y silenciosa. Y sin calentamiento previo. Es un yoga suave, que promueve la quietud, la observación de la respiración, el dejar hacer, soltar, mirar hacia dentro.

Es un yoga donde la postura se adapta al cuerpo y no el cuerpo a la postura. Es un yoga que busca el cerrar los ojos y no hacer, dejarse caer, dejarse ir, soltar.

No hay que forzar llegar a ningún sitio. Tan solo hay que escoger la intensidad, la postura más cómoda y sostenerla, para así hacer el estiramiento más profundo.

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Yin yoga es un camino a la introspección

No hay que buscar en el exterior para saber si una postura es correcta o no. Cada persona busca dentro qué es lo adecuado: cuánto voy a estirar, cómo me voy a colocar, qué soportes necesito. Yin yoga es tiempo para mirar hacia dentro. Observar, parar, decidir.

Las posturas

Aunque la mayoría de las posturas de yin se basan en las posturas originales del hatha yoga, son sustancialmente distintas.

Las posturas, en yin yoga, no pretenden ser un objetivo sino una referencia de a dónde nos tenemos que dirigir y qué vamos a trabajar (piernas, brazos, cuello, espalda). Pero la realidad es que cada postura de yin es diferente según la persona, ya que cada uno se acomoda de la forma que su cuerpo e intenciones requieran, haciendo que la postura se adapte al cuerpo y no al revés. Por ello es apto para cualquier condición física, ya que la postura se adaptará a la situación de cada uno.

El uso de apoyos es esencial: tacos, mantas y bolsters nos ayudan a estar cómodos en la postura y permitir así que el trabajo se prolongue en el tiempo.

La relajación

La relajación es muy importante, por ello es importante comenzar con un pranayama (respiración dirigida) para ‘desconectar’ y calmar el ritmo ajetreado del día a día. Según van avanzando las posturas, se van relajando más el cuerpo y la mente, generando calma y reduciendo los niveles de estrés. En definitiva, es una disciplina yóguica que está ganando cada vez más adeptos por sus posibilidades restaurativas a nivel físico, relajación a nivel del sistema nervioso y sus posibilidades a nivel meditativo

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